Con este post inicio una serie de reflexiones sobre la actividad profesional que forman parte de una monografía (Claves para la gestión de despachos y firmas profesionales) que verá la luz próximamente.
LAS SEÑAS DE IDENTIDAD DE UNA FIRMA PROFESIONAL
Implantación de los valores
De nada serviría enunciar los principios orientadores de la firma, si estos realmente no están asentados e inculcados en los profesionales que en ella trabajan. Han de convertirse en reales los valores identificados como deseados.
Por ello resulta fundamental que los responsables de la empresa:
– Demuestren en sus actuaciones, en sus opiniones y en su forma de comportarse, que los valores que se favorecen desde la firma realmente se aplican. En definitiva, predicar con el ejemplo, ser coherentes y consecuentes con lo asumido, hacer que los valores estén presentes en las grandes y pequeñas decisiones, en los dilemas que se plantean todos los días.
– Además, es imprescindible comunicar a todos y cada uno de los miembros de la organización cual son los principios que se asumen y se promueven. Para ello debe realizarse un proceso de interiorización de estos valores, para lo que habrá que explicar cómo estos les van a influir en su trabajo diario y proporcionarles adecuadas herramientas para hacerlos propios.
Por otra parte, deberán establecerse mecanismos que permitan mantener y reforzar en el tiempo los principios generales aceptados y adoptados por el conjunto de la organización.
En todo ello tendrá un papel preponderante la política de responsabilidad corporativa de la que trataremos al final de este libro.
Para facilitar la implantación, una herramienta fundamental será la elaboración de códigos de conducta que faciliten modelos de actuación común, protocolos para la toma de decisiones, guías de comportamiento, etc.
La comunicación de los valores al mercado
Una vez que la firma ha asumido una serie de principios y estos han calado dentro de los profesionales que en ella trabajan, quedará un último paso: que el mercado, los clientes, los competidores, los proveedores, los reguladores o cualquier otro grupo de interés con los que se relaciona la empresa, conozca y participe de estos valores.
Muchas firmas y despachos profesionales incluyen en sus memorias., presentaciones, webs, etc. sus principios o valores, lo que representa una adecuada forma de dar a conocer sus bases culturales.
Sin embargo, esto no será suficiente si luego la percepción no está alineada con lo enunciado en sus líneas de comunicación. Lo relevante será que en las actuaciones de cada día, la organización destile esa forma de enfocar los negocios y las relaciones con sus interlocutores.
Todas las personas de la firma, en cada trabajo, son portadores y representantes de esos valores y cualquier actuación incorrecta puede poner en peligro la reputación del despacho.