Cuadernos de Auditoría y Finanzas – 2010
Es indudable la enorme trascendencia que en la normativa mercantil y tributaria tienen las definiciones de conceptos y magnitudes de naturaleza contable. Entre estos, uno de los de mayor relevancia es la definición del concepto de patrimonio neto.
El Plan General de Contabilidad lo define como «la parte residual de los activos de la empresa, una vez deducidos sus pasivos. Incluye las aportaciones realizadas por sus socios, los resultados acumulados y otras variaciones que les afecten.»
Sin embargo, el patrimonio neto obtenido directamente de la contabilidad no sirve de base para aplicar el denominado «test de integridad del capital», cuyo objetivo es evaluar que se cumplen los requisitos legales para repartir dividendos, adquirir acciones o participaciones propias, o incurrir en causa de reducción de capital y disolución obligatorias.
Esta publicación pretende recoger, de una forma sintética, los diferentes ajustes que deben realizarse para obtener el llamado «patrimonio neto ajustado», cuyo importe será determinante para estimar sus efectos sobre las diferentes situaciones que prevé la legislación mercantil en esta materia.