La Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas acaba de publicar la Guía Práctica para la gestión de riesgos y herramientas de implantación relativa al Principio 10 sobre Lucha contra la corrupción y promoción de la transparencia.
Aunque moralmente la corrupción es una práctica generalmente reprobada, aún muchos empresarios y ciudadanos creen que las prácticas corruptas, o bien son condición necesaria para realizar determinados negocios en algunos territorios, o bien incrementan los beneficios empresariales.
Sin embargo, la Guía trata de demostrar que este tipo de actuaciones generan enormes riesgos a las compañías y, por el contrario, mediante estrategias anticorrupción se generan oportunidades económicas, legales y competitivas que aseguran la sostenibilidad a largo plazo.
La corrupción, entendida por Naciones Unidas como “abuso de poder para obtener ganancias privadas”, esta relacionada con prácticas como Soborno, Extorsión, Pagos de facilitación, Nepotismo, Clientelismo, Fraude, Blanqueo de capitales, etc.
Desde el punto de vista competitivo, ser una empresa ética, facilita buenas relaciones laborales, reteniendo el talento frente a la competencia, permite acceder a nuevos mercados y aliarse con otras organizaciones, públicas o privadas.
Legalmente, una empresa con una estrategia anticorrupción bien implantada, evitará riesgos de sanciones, multas o demandas.
Por último, económicamente, la entidad tendrá más facilidad para acceder a los mercados financieros y para poder trabajar con clientes del sector público. La corrupción incrementa notablemente los costes a través de la cadena de valor, provocando distorsiones en los precios, desincentivando la inversión.
Para fortalecer la confianza y la reputación empresarial debe potenciarse la transparencia y la comunicación con los grupos de interés, controlando los riesgos a priori, y no gestionando malas prácticas cuando estas ya se han producido.
La Guía facilita herramientas y modelos que se adaptan dependiendo del riesgo del país, del sector y del tipo del cliente con el que se trabaja.
La corrupción es una enorme lacra con la que debemos luchar todos los ciudadanos, pero especialmente aquellos que tienen capacidad de influencia y de gestión en empresas y entidades públicas y privadas. Además de ser algo inmoral, la corrupción genera riesgos y pone en peligro la viabilidad de las empresas y los negocios.